Sáb. Mar 15th, 2025

Cada 6 de enero, miles de hogares en España siguen una tradición que se ha transmitido de generación en generación: dejar los zapatos bien limpios junto a la ventana o al pie del árbol de Navidad con la esperanza de recibir los regalos de los Reyes Magos. Aunque para muchos esta costumbre es parte del encanto de la festividad, su origen se remonta a leyendas y celebraciones históricas que han perdurado a lo largo del tiempo.

Un gesto de generosidad convertido en tradición

Según el historiador madrileño Francisco José Gómez, autor de varios libros sobre la Navidad, la costumbre de dejar los zapatos en la noche del 5 de enero proviene de una antigua leyenda piadosa que se hizo popular en España. De acuerdo con esta historia, unos niños de Nazaret, al ver al Niño Jesús pobre y descalzo, decidieron regalarle unos zapatos viejos que ya no usaban. Esa misma noche, los pequeños limpiaron cuidadosamente sus propios zapatos y los dejaron junto a la ventana antes de dormir. A la mañana siguiente, se encontraron con una sorpresa: sus zapatos estaban llenos de regalos.

Desde el siglo XIX, esta práctica se consolidó como parte de la tradición navideña en España. En aquellos tiempos, cuando no existían los carteros reales, las cartas dirigidas a los Reyes Magos solían colocarse dentro de los zapatos o pegadas a los cristales de las ventanas, esperando que los sabios de Oriente las recogieran. Con el tiempo, el árbol de Navidad también se incorporó a la festividad, influyendo en la manera en que se organizaban los regalos en los hogares.

La conexión con la Fiesta del Zapato

La tradición de los zapatos en la Noche de Reyes también ha sido vinculada a una celebración histórica conocida como la Fiesta del Zapato, que se realizaba el 6 de enero durante el reinado de Felipe II. Esta festividad incluía fastuosos espectáculos de luces y música y, en ocasiones, la participación de damas de la corte.

La celebración tenía su origen en una leyenda vinculada a San Nicolás de Bari, quien, según diversas crónicas, ayudó a un hidalgo en apuros que, al no tener medios para casar a sus tres hijas, consideraba la posibilidad de que ejercieran la prostitución. San Nicolás, conmovido por la situación, arrojó en tres noches consecutivas bolsas llenas de oro (en algunas versiones, zapatos repletos de monedas) a través de la ventana de la casa del desesperado padre. Gracias a este acto de generosidad, las jóvenes pudieron contraer matrimonio dignamente y escapar de un destino trágico.

Una costumbre que perdura en el tiempo

A lo largo de los siglos, la tradición de los zapatos en la Noche de Reyes ha evolucionado, pero su esencia sigue intacta. Para muchas familias, limpiar y colocar el calzado es un momento especial, lleno de ilusión y magia, en el que se mantiene viva la esperanza de recibir un presente en la mañana del 6 de enero. Aunque la historia que dio origen a esta costumbre ha quedado en el pasado, el espíritu de la generosidad y la sorpresa continúa marcando esta fecha tan esperada en España.